El académico de la RAC, Juan Rojo participó ayer en el ciclo inter-academias que como cada año organiza el Instituto de España.

Este año el tema elegido ha sido la “Constitución de 1978: Balance y perspectivas”.

La charla de Rojo, que clausuraba el ciclo iniciado en marzo, tuvo como título “La ciencia en España tras 1978”. En ella el catedrático de Física Sólida de la Universidad Complutense hizo un repaso de las normas y leyes creadas desde la aprobación de la Constitución y que contribuyeron a modernizar el país en materia científica acercándola a los estándares europeos “la aprobación de la Constitución significó para muchos un paso muy importante en la identificación y homologación de España con su entorno europeo”.

Rojo hizo hincapié en la ley de reforma universitaria de 1983 que supuso que la investigación pasara a ser el pilar en el que se asientan las universidades, reconociendo su autonomía del poder político.

Posteriormente analizó la denominada “Ley de la Ciencia” de 1986, que fue “el primer intento serio de organización del sistema de Ciencia y Tecnología” ya que dotaba de un fondo especial para fomentar la actividad de investigación y desarrollo (I+D) cuya actuación se reguló mediante el llamado Plan Nacional.

En su intervención, el antiguo Secretario de Estado de Universidades e Investigación (1985- 1992) resaltó la importancia de los planes nacionales “concebido como una herramienta para fomentar la investigación básica en general, para incidir especialmente en áreas prioritarias y para coordinar la investigación de distintos protagonistas, así como gestionar los fondos internacionales.”

Rojo repasó también el impacto positivo que han tenido las medidas de incentivo como son los sexenios de investigación o el programa “Ramón y Cajal” para el retorno de los científicos que investigan en el extranjero.

Para concluir, el representante de esta academia, comentó el papel relevante que vuelve a tener la ciencia en la vida política debido a la creación de la Oficina C en el Congreso de los Diputados y alentó a las empresas a que inviertan en I+D para alcanzar los objetivos marcados por la Unión Europea y así lograr el ansiado 2.27% del PIB en inversión en ciencia. "Para alcanzar la medía europea el gasto privado anual debería aumentar en 9.600 millones de euros."

Puedes ver su intervención aquí.